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La pobreza golpea más fuerte en América Latina a los niños y mujeres que al resto de la población: es 1,7 veces más alta en menores de 15 años que en adultos y 1,15 veces mayor en mujeres que en hombres, señala el informe de la CEPAL Panorama social de América Latina 2009 presentado el 19 de noviembre.
La exposición a la pobreza de las mujeres es más alta que la de los hombres en todos los países de la región y es notoriamente mayor en Panamá (1,37 veces), Costa Rica (1,30 veces), República Dominicana (1,25 veces), Chile (1,24 veces) y Uruguay (1,21 veces). En 13 de 18 países esta pauta se ha agravado entre 2002 y 2008.
La tendencia es aún peor respecto de los menores de 15 años. En todos los países de la región, a excepción de El Salvador, se ha agravado la brecha de pobreza entre niños y adultos en los últimos seis años, especialmente en Argentina, Brasil, Panamá, Uruguay y Venezuela, aunque con grandes variaciones.
En Uruguay, por ejemplo, la pobreza es 3,1 veces mayor en niños que en adultos, mientras que en Chile es 1,8 veces más alta y en Nicaragua, 1,3 veces.
En Uruguay por cada adulto pobre hay tres niños que viven en condiciones de extrema precariedad.
Uruguay fue presentado como uno de los países donde el fenómeno de la pobreza entre los menores de 15 años está arraigado con mayor gravedad.
Entre 1990 y 2008, el cociente entre las tasas de pobreza de los niños y los adultos aumentó en la mayoría de los países de la región, presentándose los mayores incrementos en el Brasil, Panamá y el Uruguay
El informe fue dado a conocer por la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe, Alicia Bárcena, quien llamó a la región a transitar por la ruta del largo aliento.
"Urge aplicar políticas de largo plazo dirigidas a los niños y jóvenes quienes son los futuros motores productivos de la sociedad y facilitar la inserción laboral de las mujeres para que no se siga perpetuando el círculo de la pobreza", dijo Bárcena.
El trabajo no remunerado y el cuidado de terceros impiden la inserción laboral de las mujeres, lo que redunda en la pobreza de sus hijos, señala el informe. La brecha de pobreza por edad y género, por lo tanto, exige políticas de largo plazo para fomentar la inserción laboral de las mujeres, redistribuir la carga del trabajo no remunerado en los hogares y ampliar la extensión y cobertura escolar de los menores, indica.
Actualmente, la participación laboral de las mujeres sigue siendo extremadamente estratificada: las mujeres pobres tienen muchas mayores dificultades que las de estratos altos. Además de los países pobres, hay naciones de mayor desarrollo relativo, como Costa Rica, México, Chile y Panamá, que tienen bajas y estratificadas tasas de participación laboral femenina.
Uno de los principales obstáculos para la inserción laboral de las mujeres es la carga de trabajo no remunerado en el hogar. Las mujeres destinan un promedio diario de entre casi cinco horas en Uruguay a un poco más de siete en Guatemala en trabajo no remunerado. En el caso de los hombres, con la excepción de Guatemala, nunca se superan las dos horas.
La carga de trabajo no remunerado aumenta en proporción a la necesidad de cuidado de hijos pequeños o adultos mayores dependientes y en directa relación con el nivel de ingresos en el hogar. Mientras mayor sea la carga de trabajo no remunerado, menores son las posibilidades de las mujeres pobres de acceder al mercado laboral.
La población latinoamericana está envejeciendo y se estima que alrededor del año 2035, el porcentaje de población menor de 14 años y mayor de 60 será similar, revirtiendo la estructura demográfica de hace 40 años, cuando la población latinoamericana era mayormente joven. Para mediados de este siglo se duplicará el número de adultos mayores dependientes por razones de salud y que requerirán cuidados, señala el estudio.
Esto planteará serios problemas en términos de demandas sociales, recursos disponibles y políticas públicas.
Para enfrentar estos desafíos, la CEPAL sugiere lo siguiente:
Ampliar la matrícula y cobertura escolar de los niños menores de cinco años
Extender las jornadas escolares
Crear servicios colectivos de cuidado del adulto mayor
Invertir más en salud preventiva
Castigar la discriminación de las mujeres en el mercado laboral
Redistribuir la carga de trabajo no remunerado en el hogar
Son estos niños y niñas los que concurren a los Centros de Desarrollo Regional. Para ellos están... y es por toda esta realidad que nuestros Equipos crean y recrean estrategias de intervención que procuran minimizar la vulnerabilidad en la que se encuentran. Asombra y conmueve ver como logran trascender su realidad... y dejan volar su creatividad y emociones... Educar para la libertadad y la solidaridad... de eso se trata... y en ello estamos junto a muchos de los participantes de los C.D.R. que se suman a esto...
Fuente e informe en:
http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunicados/5/37835/P37835.xml&xsl=/prensa/tpl/p6f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xsl
http://www.desarrolloregional.org.uy
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