lunes, agosto 20, 2007

Un cielo como techo... baldosas como colchón...



..."Tener un techo, es tener un lugar acogedor donde uno siente que pertenece, que le es propio, es el hogar, cálido como aquel primer lugar que nos cobijó que fue el seno materno y al cual siempre queremos volver..."
Por eso para quienes integramos el Equipo de Trabajo en Calle de Factor S nos significó un continúo desafío desde lo humano, desde lo técnico, tomar contacto con quienes pernoctan en las calles de nuestro Montevideo.
Hace casi dos años atrás surgió esta propuesta de trabajo, recuerdo hoy las nochecitas compartidas con los compañeros de la Organización, horas de sueños y ganas... horas de aprender de los saberes que fuimos cosechando a lo largo de nuestro trabajo en los planes invierno y caramba! si que aprendimos, en lo personal, cursé materias que nunca en facultad había cursado... las de las emociones que se ponen en juego cuando se trabaja con quienes son los mas desprotegidos de nuestra sociedad, y como se puede (o no) conjugarlas con el bagaje teórico, con los años de trabajo en lo social... y debo decir que tuve un maestro, una guía, un compañero y amigo por sobre todas las cosas, Alberto Hein, quien fuera la persona que mas me enseñó... porque aprendí de él que la lucha en favor de un mundo alternativo debe comenzar dentro de nosotros mismos... porque aprendí de él que se pueden empañar los ojos de tristeza sin abandonar la esperanza...
Hoy seguimos caminando...
Les voy a contar sobre el Equipo de Trabajo en Calle de Factor S.
Comenzamos en el invierno del año 2005, en convenio con el MIDES, el que apostó a propuestas de abordaje diferentes...
No olvido las primeras noches de caminatas... las primeras derivaciones al Refugio Andares, la risa en los rostros ya conocidos que nos preguntaban si podían llevar su mascota... y sí... Andares se inauguró con quienes sufrieron las expulsiones de todos los planes invierno... los que ya llevan demasiados años con el suelo como colchón y el cielo como techo... y también se inauguró con dos perros... fieles compañeros de sus dueños... depositarios de miedos, alegrías y secretos....
La Brigada, como nosotros la llamamos, está integrada por Eduardo (Lic. en Trabajo Social, que bueno es contar con su calma y saber), Paola (Lic. en Ps., que buena es la dulzura que atraviesa todo su quehacer ), Mane (Ed. Social, que buena su fuerza y sus ganas siempre presentes), Walter (Arquitecto, si, como leen, un compa arquitecto que es master en planificación social y que bueno! porque nos hace aterrizar para poder volar mejor), Majo (operadora de calle, una compañera que ha vivido la situación de calle y que bueno, porque desde ese lugar, aporta la mirada que ninguno de nosotros tiene) y quien les escribe, Carmen (la flaca) coordinadora de la Brigada.
Estuvieron mas compañeros en este Equipo, el negro Marcelo (conocedor como pocos de la calle), Claudia (nuestra compañera está estrenando su maternidad!), Daniel (aún hoy seguimos aprendiendo de él y seguro que siempre) y Guillermina, quien en forma voluntaria nos acompañó con una sonrisa siempre presente.
Trabajamos con las Brigadas de voluntarios que en las noches de invierno están presentes en un Montevideo frío y silencioso... Taller de Nazareth, Semilla, Caldo, manos solidarias que se tienden para entibiar "cuerpos y emociones"...
A fines de noviembre del año 2006, cerramos este ciclo... fueron muchas las experiencias compartidas, muchos los desafíos, y por sobre todo el sentimiento de que fue posible, de que es posible.
Basamos nuestra propuesta en generar un espacio que permitiera la creación de vínculos personalizados entre el Equipo y las personas en situación de calle, como punto de partida.
Fuimos aprendiendo en la marcha, fuimos capaces de replantearnos objetivos, estrategias... porque cuando comenzamos a recibir los primeros " NO quiero un refugio", nos preguntamos como era que esa persona optaba por el frío, por un cartón debajo del cuerpo, o la indefensión de estar en la calle, a una ducha caliente, una cama, un plato de comida a diario... Aprendimos que muchos de esos hombres o esas mujeres no tenían demandas y que tal vez hacia ya mucho tiempo habían dejado de demandar el "techo" que nosotros le ofrecíamos.
Comenzamos entonces a escuchar desde otro lugar, a quien teníamos delante, para lograr llegar al punto de la vida de esa persona en donde se produjo el quiebre. "Porque por sobre la pérdida de vivienda o de trabajo están las pérdidas de lazos afectivos, reforzados en la mayoría por la pérdida de lazos solidarios de una sociedad que "no los quiere ver" y comprendimos que mas que un "techo" para descansar por las noches, lo necesario es un "techo social", de proyectos de vida... de pertenencia."
La tarea en calle, principalmente para quienes somos profesionales, conforma un modelo absolutamente diferente de intervención, de ahí lo de un desafío constante... noche a noche, porque la población que pernocta a la intemperie es muy diversa, con historias diferentes, infinitos recorridos... por ello, entonces, fue fundamental en cada contacto realizado, el lograr crear un espacio que no irrumpiera la realidad de la persona violentándola, sino como espacio promovedor de posibilidades hoy truncadas. Nuestras mejores herramientas para ello, fueron la empatía, la mirada, la escucha y la voz.
Hicimos por primera vez en nuestro país, jornadas de recreación para y con quienes duermen en la calle... vimos películas, compartimos juegos... canciones, risas y anécdotas.... sabiendo que no era fácil verlos marchar de regreso a sus rincones en la ciudad... pero convencidos de que en este poquito a poco a muchos la risa les volvió a surgir desde el alma...
Logramos en suma, respetar sus derechos ante nuestra intervención y es así entonces, que comenzaron a surgir las posibilidades de cambio.
Como cierre, sólo quiero decir, que es posible, seguro que es posible.

Ma. Del Carmen Gómez